jueves, 24 de abril de 2008

La Noche de los Libros

Las noches de cultura en Madrid tienen dos vertientes: la del Ayuntamiento de hacer muchas actividades interesantes de manera gratuita y la de la pasta que se deja el Ayuntamiento para hacerlo con pompa y boato. Quedémonos con la primera, porque la segunda en mi opinión sobra un poco... Y por mi noche de ayer me encontré con dos cosas interesantes:


Hiperfonías de Mailer Daemon en el Ateneo

Quien aún no se haya pasado por la Calle Prado 21 (al ladito de huertas) a ver el Ateneo que lo haga. Sobre todo si es una de esas personas que sienten cosas metafísicas cuando entran en según qué sitios. Por allí huele a generaciones de la cultura española, también un poquillo a II República y algún que otro abuelo octogenario que por allí merodea nos puede hacer sentir por un segundo parte de todo aquello.


Un Spoken Words es un acto sexual entre la música y la palabra. Y ahí estaba el pequeño escenario, con un escritor guitarrista (Domenico Chiappe), una lectora cantante y flautatraveserista (Natalia Hernández) y un bajo DJ del midi (Jorge Ramírez). Y la historia hablada de Mailer Daemon, retransmitida por un libro del escritor guitarrista. Una de esas cápsulas de tiempo y espacio donde de te desvinculas del mundo para pegarte a él más que nunca. Una historia de futuro, de agencias del morbo, de la frialdad que padecemos en lo más caliente de nuestra alma, del contemporáneo futurismo de hierro. Un hombre enfrentado a la ética basura de una sociedad decadente. De estilo implacable, os dejo al autor de tales letras, tan solo explicables por sí mismas.

"Mailer Daemon me mira a los ojos como si se extraviara en mis pupilas y tratara de salir del laberinto recorriendo con detalle las lineas del iris, como si quisiera atraparlas y resguardarlas del olvido..."




Looking back over renaissance en la Casa Encendida.

Con motivo del día del libro, los colegas de RadioClásica y Radio3 decicieron transladarse a la Casa Encendida para dar luz en su antena. Escuchar y ver en directo a los actores radiofónicos que interpretaron parte de Macbeth (obra que demuestra que hay cierto flujo histórico que siempre estará entre nosotros sea la época que sea) hizo que Shakespeare fuera culpable de morirme de envidia y hacerme querer llegar a escribir como él algún día. Pero el plato fuerte lo puso el saxofonista (y plurimusiqueado) Andreas Prittwitz junto a una viola de gamba, una guitarra española y una batería órganica (con percusiones étnicas quiero decir, todo un lujazo para los odios).

Pues bien, dichos sujetos hicieron que el jazz y la música del renacimiento se dieran de la mano y aplaudieran después. Una vez más, la explicación se da simplemente escuchándoles, porque hasta aquí puedo llegar yo con las letras. El resto lo haceis vosotros con vuestra boca del estómago y el experimento de las sensaciones al dejarse llevar por la música.