lunes, 22 de noviembre de 2010

Euphoria, de Ivan Vyrypaev


Hay películas de las que no hemos oído hablar jamás y aparecen en estanterías de centros culutrales o bibliotecas. Entonces, hay que reconocer que tras leer una abstracta sinópsis, algunos nos dejamos llevar por la estética de la portada.

Esta película rusa se llama originalmente así:

"Эйфория"

Y se pronunciaría más o menos así:

/Eyforiya/

¿A qué viene esto? Pues a que es de ese tipo de películas que hablan más con las imágenes que con los diálogos. De esas que no paras de pensar en cómo es posible que cada plano tenga una belleza plástica de foto perfecta. De esas que te preguntas si el director esperó a que la nube de fondo estuviera así o asá para empezar a grabar la toma. De esas en las que cuesta creerse que existan escenarios naturales tan simples y tan inverosímiles a la vez. En las que los personajes tienen un halo de comunicación no verbal que les define mucho más y de una manera más honesta que cualquier elaborado guión. De esas que, al terminar, no sabes si todo ha sido un sueño o una proyección temporal de otras vidas.

Pero hay algo más que nunca me había ocurrido con otras películas: la sonorización. La mayoría de escenas transcurren en paisajes abiertos en las que podemos escuchar perfectamente todo, las texturas del aire, los pájaros, los insectos, el movimiento de las plantas, el escurrirse de las gotas de agua por el río, absolutamente toda la atmósfera sonora te envuelve como si de pronto la tierra quisiera demostrar que está más viva que nunca.

Poco sabemos de este director, Ivan Vyrypaev, tildado como una joven promesa del nuevo cine ruso. Es autor, actor y director. Se formó en teatro y está metido en el Teatro Documental, que es una variante de la dramaturgia consiste en utililzar el teatro como herramienta de denuncia social mediante la representación de sucesos reales. No busquéis otra película por el estilo: de momento esta es su primera y última película, algo que, desde mi punto de vista, la hace aún más interesante...



NOTA: 7'8.

Más información: El autor, la película.

domingo, 24 de enero de 2010

Orlando, de Sally Potter



Brilla. Tilda, la actriz, mira a cámara y te hace darte cuenta de que tu butaca no está a salvo. Y eso te hace sonreír. Tilda hace de Orlando. Orlando hace de persona. Nació hace siglos entre las letras de Virginia Wolf (que fueron escritas no hace tanto) y vive redundantemente imperenne entre sus hojas. Recomiendo el libro, pero el último descubrimiento fue esta película de Sally Potter rodada en los 90.

No es una copia del libro, ni una adaptación, es una rama de él, independiente pero agradecida a su tronco principal. Sally Potter además de directora es bailarina y eso se nota cuando la película se coordina como una gran coreografía, con una banda sonora que llama la atención por su atemporalidad inquietante y marciana, acorde al relato.

Distinto cuerpo, distinta época, distinto estatus. Sin embargo, el mismo humano, sin diferencias.



NOTA: 9.09
Más información: reseña EL PAÍS; Entrevista a Sally Potter.