miércoles, 25 de junio de 2008

De profundis



Érase una vez una casa en medio del mar, una mujer que toca el cello y un marinero pintor. Y tú, delante de la pantalla no puedes esperarte una película. No hay acción en los 75 minutos que dura. No diría yo que es una película si la quisiera valorar como se merece. Estoy segura de que hubo un tiempo en nuestro mundo en el que la contemplación, sin más expectativas que el dejarse llevar creando fantasías propias de uno mismo, era sinónimo de arte. Musica clásica y dibujos con un poco de movimiento lento, casi hipnótico, una historia sencilla y unos colores de sueño psicodélico apaciguado. Éso es De Profundis.

Se aconseja verla sin nadie al rededor, de noche, con las luces apagadas y el cansancio justo como para dejarse llevar por lo onírico sin llegar al sueño. Y después, a bucear en las profundidades de las sugerencias.
NOTA: 7'3

1 comentario:

Blue dijo...

Casi no se la puede llamar película.....es un sueño!!
Dibujo maravilloso.