viernes, 19 de junio de 2009

Déjame entrar



"Blackberg. Puede que pienses en trufas de coco, tal vez en drogas. <>. Te imaginas una estación de metro, extrarradio. Después no hay mucho más que pensar. sin duda vive gente allí, como en otros sitios. Para eso se construyó, para que la gente tuviera algún sitio donde vivir."

Así comienza la novela del hombre que fuera ilusionista antes de ser un prometedor escritor John Ajvide Loindqvist . En ella está basada esta película sobre vampiros y sociedades, o mejor dicho soledades, contemporáneas. Sin miramientos. Sin miramientos las soledades, sin miramientos la leyenda vampírica.



Dos protagonistas, dos soledades, dos problemas diferentes. Una misma edad pero diferentes fechas de nacimiento. Es lo que tiene hacerse amigo de un vampiro. Sin embargo no es este un film sobre las vísceras y la sangre a las que nos tienen -insustancialmente- acostumbrados. Ni sobre la maldad del señor de los colmillos afilados. Perfectamente puede etiquetarse como un retrato social, poético, sobre la soledad, producto de la oscuridad humana. Una grata sorpresa donde el tema de los vampiros es algo casi secundario.





Triste, cómplice, dura pero linda. No dejen de verla.


NOTA: 8'59

2 comentarios:

claradriel dijo...

Guauuuuuuuuuuuuuuuu... la tengo que ver.
Debe ser, como tú, extraterrenal.

Nati dijo...

No he leído la novela, pero sí he visto la película y me gustó bastante. Es en efecto muy triste y tiene un ambiente muy sórdido. Una película muy recomendable.
Por cierto, has visto Old boy?. Si no lo has hecho, te la recomiendo. Creo que te gustaría.
Saludos!